La innovación a día de hoy juega un papel fundamental, cualquier negocio para que funcione debe aplicar innovación ya sea en procesos, en organización o en productos. Además cada día vemos más cómo grandes corporaciones están abriendo sus puertas a colaborar con startups. Mi opinión es que cada día estas colaboraciones van a ser más hasta que esté totalmente normalizado.
El modelo de Demium disrumpe la forma en la que se han creado los equipos fundadores de cientos de startups en España y en ecosistemas emergentes del Sur, Centro y Este de Europa. Nuestro modelo de AllStartup (hackathon de fin de semana), permitió que la creación del equipo de cofundadores pueda trascender de tu círculo más cercano (amigos, familia, compañeros de trabajo, etc) y puedas hacer una selección basada en la afinidad entre los fundadores y la búsqueda de habilidades complementarias.
Lo primero es dejar volar la imaginación y tratar de pensar sin límites pre-establecidos, sin dejarte llevar por lo que se puede o no se puede hacer, en base a lo que te diga la sociedad, o las pre-conceptualizaciones que tenemos en nuestra cabeza.
A partir de ahí, lo siguiente es aceptar que nunca existe la disrupción o la innovación que sucede en la mente de una única persona, sino que lo habitual es que esto suceda simultáneamente en múltiples personas en el mundo. Es decir, que una vez hayas tenido una idea innovadora o hayas desarrollado un concepto disruptivo, debes mirar a otras personas o empresas que hayan desarrollado conceptos similares en el resto del mundo. Así podrás rápidamente implementar mejoras en tu propia idea.
La funcionalidad no debe limitar el pensamiento creativo en las primeras etapas. Es fundamental que la mente pueda volar libre, sin restricciones. Sin embargo, la innovación debe siempre tener una aplicación práctica (da igual que sea una iniciativa empresarial privada, pública, o incluso sencillamente una obra de arte). Cumple una función en la sociedad, en la empresa, y por ello es fundamental, que en una segunda instancia, la creatividad y la funcionalidad converjan.
Mis fuentes de inspiración han ido cambiando a lo largo del tiempo, lo normal es que las vaya «agotando». Ha habido ocasiones que han sido libros, viajes o personas. Suelo hacer un viaje solo al año para conocerme mejor e inspirarme en nuevas culturas. Siempre llevo varios libros en el viaje y consigo otros por el camino. Siddhartha me impactó especialmente cuando lo leí en Indonesia. Sin embargo ahora, que no tengo tanto tiempo para viajar, estoy recurriendo mucho a podcasts para escuchar a personas que me inspiren.
Creo que todos los problemas del mundo se pueden solucionar con el emprendimiento. No podemos esperar que los Estados los resuelvan por nosotros. Debemos de tomar responsabilidad como sociedad. La innovación es un elemento clave para el éxito de las iniciativas emprendedoras, por lo que estará presente en todos los problemas a resolver.
Me encanta la frase que me enseñó un buen amigo hace muchos años «eres la media de las cinco personas con las que más tiempo pasas», por lo que trato de compartir con mi círculo más cercano mis retos y preocupaciones. Busco exprimir al máximo a este círculo para que me ayude a crecer como persona y a tener ideas más creativas para enfocar los retos.
Placeres Ibéricos se llamaba la primera empresa que monté cuando tenía 20 años. Me faltaba conocimiento, contactos, experiencia… y sobre todo, mucha perspectiva sobre cómo hacer funcionar un negocio; en este caso, especialmente un negocio tan tradicional. Aprendí la importancia de encontrar socios que complementen tu experiencia (en este caso emprendí con dos de mis mejores amigos y los tres éramos igual de jóvenes). También aprendí la importancia del momentum a la hora de elegir el mercado al que dirigirte. Entendí la diferencia entre una idea de negocio y una oportunidad de negocio. La primera no garantiza que vaya a funcionar, la segunda en sí mismo habla de que has encontrado un problema real en el mercado que nadie ha conseguido solucionar aún.
Por último, aprendí en primera persona el impacto económico que tiene en tu vida personal fracasar. Fue el punto de inflexión definitivo en mi vida profesional y desde entonces le doy un valor totalmente distinto al riesgo y al dinero.
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