Según un estudio de EY “Hoy más que nunca, para sobrevivir y para seguir creciendo, las empresas, sin importar su tamaño o industria, deben cambiar su forma de operar para incluir la disrupción en su ADN y maximizar su capacidad de adaptación. En este sentido, el desarrollar ecosistemas – es decir, establecer un conjunto de alianzas dinámicas con otras empresas y actores en el mercado – representa un imperativo cada vez más relevante para construir, mantenerse, sobrevivir y ser eficientes en este entorno.
Al hacerlo, las empresas pueden obtener mayor provecho de sus activos apalancando las capacidades de terceros, creando sinergias y beneficios compartidos, para generar un mayor valor para los consumidores y sus aliados.
A esta visión que integra de forma dinámica a clientes, proveedores, nuevos competidores y organizaciones con servicios complementarios, le llamamos ecosistema”.
¿Por qué deberían crear las empresas ecosistemas digitales?
Este grado de cambio y de incertidumbre ha forzado a las empresas a ser objetivas y aceptar que no tienen que construir las capacidades para atender estas nuevas necesidades y cambios por sí solas. Al crear o formar parte de un ecosistema, es posible atender de forma ágil las necesidades de los clientes sin tener que construir capacidades desde cero.
LOS ECOSISTEMAS IMPLICAN UN CAMBIO DE PARADIGMA Y DE FORMA DE OPERAR
Este nuevo modelo de colaboración con otros players del mismo sector, o de otros sectores, implica un cambio de mentalidad y forma de operar, migrando de una estrategia donde la empresa construye las habilidades para competir, a una donde visualiza las capacidades de otros, y que requiere construir dichas capacidades para que todas las partes se integren fácilmente.
Al lograr la transición de una visión de desarrollo de capacidades y conocimiento propios hacia una de generación de sinergias con múltiples actores de un ecosistema, las empresas podrán desafiar los límites preestablecidos de nuestro sector, transformándose en organizaciones más ágiles y capaces de innovar a escala.
Ahora mismo lo están logrando las empresas que están aprovechando y potenciando las capacidades core de cada uno de los actores del ecosistema para desarrollar nuevas capacidades y/u ofrecer nuevos o mejores productos y servicios a sus clientes. Esta estrategia de negocio, además genera mucho más valor para los accionistas, al permitir a las empresas reducir drásticamente las inversiones, el time-to-market y cubrir las demandas que no habían podido ser atendidas.
En general, hay dos formas a través de las cuales se participa en un ecosistema empresarial: crearlo o sumarse a uno. Para decidir el camino a seguir, las empresas deben contrastar sus capacidades, su propuesta de valor, sus activos y su modelo de negocio contra el objetivo que lograrían alcanzar con la participación en un ecosistema, para entonces determinar a través de qué forma tienen mayor oportunidad de generar valor.
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