Mi nombre es Marc Ecko. Creé una compañía de ropa hace unos 20 años llamada Ecko Unlimited y he construido muchas compañías de productos de consumo (B2C) diferentes a partir de eso.
¿Cómo encontrástes tu pasión o propósito?
Si alguien te está lanzando puñetazos, de alguna manera lo descubres, sin embargo, creo que la forma de darnos cuenta de nuestra pasión, y perseguirla es menos académica de lo que lo pintamos.
Hay algunos libros que te ayudan a ello como IKIGAI.
¿Cómo te preparástes para afrontar con éxito las empresas que has creado?
Solo tienes que estar preparado para saber que el aprendizaje nunca, nunca va a terminar. Recuerdo un momento en el que empecé a pasar de las camisetas, donde era solo mi arte, la serigrafía, donde ese ciclo de producción era muy táctico. Lo sabía.
Pero en el momento en que quise ir a cortar y coser, o hacer ropa de abrigo, me dí cuenta que todo era diferente, ahora estaba lidiando con costuras. Recuerdo haber enviado mi primer dibujo al fabricante para la primera prenda de abrigo. Y recuerdo que lo basé en un prototipo de chaqueta que había comprado por 50 dólares. Recibo la cotización del fabricante, basada en mi dibujo, y el precio de coste es de $35.
En ese momento pensé, si yo soy el mayorista que lo va a vender a un minorista, tengo que realizar este calculo: 35 veces cuatro es efectivamente lo que va a costar en el comercio minorista, es decir, 140 dólares.
Entonces, pensé para mí mismo, si esa diferencia de precio, entre la chaqueta que yo había comprado y la que había fabricado, se debía a que lo basé en una chaqueta que tenía 50 años.
Cómo no sabía el por qué, y no daba con la respuesta, le pregunté al Fabricante
¿Qué pasa? ¿Por qué es tan caro?
El fabricante dijo, “bueno, son las mangas, la forma en que diseñaste las mangas. Has puesto que no quieres una costura aquí”.
Había dibujado, efectivamente, una chaqueta que no tenía costura en una zona clave de la chaqueta. Y fue mi ingenuidad de diseñarlo, y mi falta de experiencia en el proceso de fabricación, que me olvidé de poner la costura. Así que resultó que la forma en que el fabricante iban a tener que cortar la tela, en el patrón de papel, iba a consumir más metros (un derroche!). Así que esto hizo que la producción fuera más cara.
¿De esta experiencia, sacastes un aprendizaje que te llevaría al siguiente nivel, no?
Así es. En mi caso, aprendí que diseñar algo sin comprender completamente las limitaciones en el lado de la producción, de repente eso se convirtió en la chispa que me hizo aprender cómo funciona la producción.
Nosotros en ESIC tenemos un área de emprendedores, donde impulsamos y fomentamos el emprendimiento ¿Qué recomendaciones darías a los emprendedores?
Si tienes un sueño, ve a realizarlo, ¿de acuerdo? Y prepárate para que te duela, por que el secreto del éxito es que vas a tener muchos pequeños fracasos en el camino, pero no te desanimes, cada uno de ellos te servirán para aprender cosas que necesitas, y que ten van a llevar al éxito.
Tienes que abrazar el fracaso y saber que va a ser doloroso, pero la clave es ¿Qué vas a hacer con ese dolor? Aprender, crecer y seguir avanzando en tu camino hacia tu objetivo / meta, o vas a abandonar ante las dificultades y los sentimientos que surgirán en ti (miedo, sufrimiento, incertidumbre, etc)
¿Cómo encuentras la motivación para avanzar en el camino?
Cuando no sepas algo o tengas dudas, hazte preguntas. No eres el único en tener esas preguntas. Trata de encontrar a las personas que sepan las respuestas a tus preguntas por que ya hayan realizado previamente el camino por donde tú quieres transitar.
¿Y si eres un innovador como los que tenemos en el ecosistema de ICEMD – El Instituto de Innovación de ESIC?
En ese caso tienes que descubrir tú mismo ese camino. Es un viaje automotivado y autodirigido. Y si no lo sabes, descúbrelo, paso a paso, es decir ponte un objetivo cercano, y trabaja para llegar a él, luego márcate el siguiente. No intentes abordar el objetivo completo, sino paso a paso.
En ingeniería, a este proceso se le llama la descomposición, que consiste en descomponer los problemas en partes más pequeñas y manejables, para luego enfocarnos en resolver cada uno de estos problemas más pequeños. Podemos descomponer un problema complejo hasta que las partes más pequeñas sean tan simples que sean fáciles de resolver.
Escríbenos y en breve nos pondremos en contacto contigo.
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