Innovación es un término muy de moda últimamente. Todo el mundo se refiere a la innovación como una necesidad actual y en realidad es algo intrínseco a las empresas y los negocios desde siempre. Las empresas son crecimiento y por tanto los procesos de innovación siempre han sido una parte fundamental de la búsqueda de este crecimiento. El término innovación, como muchos otros conceptos en nuestros tiempos, no son capaces de describir de forma apropiada la realidad actual. Hoy en día lo que es fundamental es la adaptación y la transformación, es un proceso mucho más profundo que la “simple” innovación, es un proceso que reta las raíces del propio negocio. Esta mentalidad es la que juega un papel clave hoy en día, cuestionárselo todo, retarlo todo, preguntárselo todo.
Más que un producto especifico creo que mi mayor aportación ha sido generando nuevos procesos. Cada proyecto en mi experiencia necesita de un proceso un entorno y unos participantes. La innovación ocurre mezclando perfiles en situaciones y mecánicas de interacción. Sin embargo, tampoco quiero banalizar un proceso de innovación en una sala de personas generando ideas muchas veces la correcta definición de la oportunidad y la necesidad de negocio son parte fundamental de una innovación exitosa, y muchas veces esta fase ocurre analizando datos.
Como decía antes, cada proyecto de innovación necesita un ecosistema único y específico. Por tanto, no creo que haya una fórmula secreta, porque además muchas veces el momento decisivo o la idea clave ocurre donde menos te lo esperas.
Los mejores procesos y metodologías que conozco separan perfectamente estas dos fases. Ambas deben de convivir, ambas son totalmente necesarias, pero la actitud de cada una debe de ser totalmente diferente. Si valoráramos cada idea con los ojos de la funcionalidad o viabilidad muchas de ellas nunca llegarían a nada. Las buenas ideas hay que darles el entorno para sobrevivir. Si la nueva idea genera una oportunidad tangible hay que buscar la forma de hacerla viable.
El mejor recurso posible es tu propia curiosidad. Visitar un punto de venta con los ojos abiertos es uno de los mejores entornos para generar nuevas ideas. Nunca nadie pensara tanto en una marca o en un producto como su propio brand manager o director.
La innovación siempre es una solución a un problema de crecimiento. Incluso hoy en día, con esa mirada más amplia de adaptación o transformación, es una solución a un problema da viabilidad del propio modelo de negocio.
Creo que una práctica fundamental para cualquier directivo es mantenerte curioso, es leer. El reto actual es más filtrar la información relevante que el acceso a esta información y por supuesto después encontrar el tiempo y la disciplina de hacerlo de forma constante. De lo contrario cualquiera se mete en el día a día de su responsabilidad y deja de aprender y de inspirarse en el resto de competidores o en categorías similares.
En mi experiencia una de las principales barreras para la innovación sea exitosa son las barreras internas. la falta de confianza en el proyecto de los diferentes miembros del equipo genera falta de una involucración baja resistencia a las dificultades y búsqueda de excusas para no mantener el foco en el proyecto. A veces con invertimos más tiempo en investigar desarrollar el proyecto que en su venta interna que en convencer y vender el proyecto, esto para mí es un error que he aprendido con el tiempo. Grandes productos o ideas se han quedado por el camino por no tener bien alineada la maquinaria interna, y viceversa he conseguido buenos lanzamientos con impactos positivos para el negocio cuando la idea no era tan especial simplemente porque la gente creía en ella.
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